Ayuda en Ucrania: Reconstruyendo vidas y comunidades
Al cumplirse el tercer aniversario del conflicto en Ucrania, la crisis humanitaria continúa devastando la nación, afectando profundamente a su población y comunidades. Muchos ucranianos enfrentan dificultades inimaginables, luchando por satisfacer necesidades básicas como alimentos y medicamentos, a la vez que soportan el peso del trauma y el aislamiento. Ante estas graves circunstancias, las Hermanas Hijas de la Caridad han brindado un apoyo inquebrantable, ofreciendo servicios cruciales a las personas desplazadas y afectadas por el conflicto. Su enfoque integral proporciona alivio inmediato, que incluye atención médica, alimentos, ropa y cuidado infantil, a la vez que fomenta la resiliencia a largo plazo mediante la educación, la atención psicológica y el desarrollo comunitario. La presencia de las Hermanas sigue siendo un faro de esperanza, ayudando a restaurar la dignidad, promover el bienestar y aliviar el sufrimiento en estos tiempos difíciles.
Servicios Internacionales para Proyectos de las Hijas de la Caridad (DC IPS) se compromete a financiar los ministerios y proyectos de servicio de las Hijas de la Caridad que atienden a los más necesitados. Tras tres años, las Hermanas en Ucrania siguen brindando apoyo crucial en medio del conflicto. Atienden necesidades urgentes como atención médica, alimentación, ropa, cuidado infantil y asistencia emocional y espiritual para grupos vulnerables de niños, ancianos frágiles y familias desplazadas. Sus servicios también se centran en la resiliencia a largo plazo, ofreciendo rehabilitación, apoyo educativo e iniciativas de desarrollo comunitario. Con su labor, ayudan a restaurar la dignidad, aliviar el sufrimiento y fortalecer el tejido social de sus comunidades.
Testimonio:
En Smotrych, Ucrania, los refugiados provenían principalmente del este de Ucrania, donde la situación era peor. Antes de la guerra, las Hermanas servían en Mariupol. Personas de esa ciudad contactaron con las Hermanas y, huyendo, se dirigieron a Smotrych. Allí se quedaron o viajaron más lejos. Las Hermanas les proporcionaron lo que necesitaban. Cuando no tenían un destino para su huida, les ofrecieron ir a su casa en Polonia. En Polonia, las autoridades locales sabían que acogíamos a los refugiados en nuestra casa y los dirigieron hacia nosotras.
Inicialmente, proporcionamos a los refugiados lo básico: comida, ropa (huían con ropa de invierno y ya empezaba la primavera en Polonia), artículos de higiene, medicamentos, mantas, etc. Les ayudamos a legalizar su estancia en Polonia, a matricular a sus hijos en escuelas, a enseñarles polaco y, posteriormente, también les buscamos alojamiento y trabajo. Algunos decidieron regresar a Ucrania, así que les buscamos transporte y les proporcionamos artículos básicos, sabiendo que la situación sería difícil en Ucrania.
Todos los refugiados que han estado con nosotros y han decidido quedarse más tiempo han conseguido trabajo: trabajos sencillos que no requieren un buen dominio del polaco. Lamentablemente, los trabajos sencillos implican salarios bajos. Los precios en Polonia han subido mucho últimamente. Por eso, seguimos en contacto con todos los refugiados y seguimos apoyándolos.