Empoderamiento a través del desarrollo de habilidades y la educación – Mbandaka, Congo
Daughters of Charity International Project Services (DC IPS) se compromete a financiar los proyectos de las Hermanas que ayudan a los más necesitados y a ayudar a que estos programas vitales creen un impacto duradero y sostenible. Las Hermanas locales en Mbandaka, Congo, se aseguran de que los prisioneros reciban nutrición, medicamentos, artículos de tocador y atención espiritual. Los prisioneros deben depender de sus familias para estos elementos básicos en muchas cárceles, y sin ese recurso, se quedan sin nada. Las Hermanas también brindan oportunidades de educación continua en idiomas (lingala y francés), matemáticas y religión. También han creado un espacio dedicado a las actividades del programa. Más recientemente, las Hermanas organizaron un proyecto de reinserción para prisioneros liberados y delincuentes juveniles. Se ofrecen habilidades agrícolas, así como aprendizajes, para abordar la brecha en los servicios disponibles tanto para los delincuentes juveniles como para los prisioneros recientemente liberados que no tienen otras opciones para un trabajo remunerado. Este programa espera garantizar que ninguno de los grupos demográficos se vea obligado a volver a comportamientos anteriores que pueden haberlos llevado al sistema inicialmente. El desarrollo de habilidades brindará oportunidades adicionales de ingresos, así como la construcción de la comunidad.
Testimonio:
La historia de Jonas se desarrolla en medio de una serie de acontecimientos dramáticos. Su relato comienza con un peligroso viaje en barco por el río Congo. El barco, una “baleinière” o ballenero, fue construido por su capitán y tenía una cubierta superior y otra inferior. Jonas estaba en la cubierta inferior, que funcionaba con varios motores. Aunque el viaje río arriba fue relativamente tranquilo, el regreso río abajo resultó peligroso. El barco estaba sobrecargado de mercancías y, a pesar de las preocupaciones oficiales sobre su seguridad, se pagó un soborno para continuar.
Jonas, que había conocido a un joven miembro del coro de la iglesia a bordo, se hizo amigo de él por sus intereses comunes, incluido el rosario. Rezaron juntos cuando el tiempo empeoró. El barco pronto se volvió inestable debido a la carga pesada y al empeoramiento de las condiciones. A primera hora de la mañana, las paredes del barco sobrecargado se derrumbaron, lo que provocó que la sección en la que viajaban Jonas y sus compañeros de viaje se hundiera. Jonas y su amigo lograron nadar hasta un bote de remos. Fueron rescatados por pescadores de una isla cercana. Aunque perdieron sus pertenencias, incluidos sus rosarios, estaban agradecidos de estar vivos.
Más tarde, Jonas se enfrentó a más desafíos. Para prepararse para su bautismo, necesitaba comprar una silla para la parroquia y cubrir los gastos adicionales. A pesar de los crecientes costos, pidió dinero prestado y completó el pago. En su camino a la parroquia, se vio involucrado en un altercado con una mujer embarazada que vendía pescado, lo que le provocó heridas leves, pero sin repercusiones graves. La moderación de Jonas durante el incidente fue fundamental; si hubiera reaccionado violentamente, podría haber puesto en peligro su bautismo y su libertad, especialmente dada la fuerte presencia policial en la zona.
El día de su bautismo, Jonás también recibió su Primera Comunión y fue Confirmado. Se sintió bendecido y agradecido por el apoyo y la guía que recibió del Señor.
Mientras tanto, la situación fuera de la prisión donde Jonas asistía a las clases de catecismo estaba cambiando. Un aumento de la delincuencia había dado lugar a detenciones masivas, y muchos kulunas (miembros de pandillas implicados en delitos violentos) habían sido detenidos. Esta campaña mejoró la seguridad en las calles, pero planteó desafíos para el programa de catecismo. A pesar de ello, el programa continuó, centrándose en la no violencia y el crecimiento espiritual. Los reclusos, incluidos ex miembros de pandillas, mostraron entusiasmo por aprender sobre la fe.
La historia de Jonas pone de relieve su resiliencia y su fe. Actualmente, se dedica a comprar mercadería para el negocio de venta de pan de su familia. Hay planes en marcha para inscribirlo en una escuela secundaria y ayudarlo a equilibrar sus estudios con su trabajo. El testimonio de Jonas es una clara demostración tanto del compromiso inquebrantable de las Hermanas con la gente de su comunidad como de su perseverancia para crecer en la fe y seguir tomando mejores decisiones. La comunidad sigue apoyándolo y rezando por su continuo crecimiento en la fe y su desarrollo personal.
*El nombre ha sido cambiado por razones de privacidad.